lunes, 5 de octubre de 2020

LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR JESÚS

Por: Antonio Ayestas Ysique, 05/10/2020

Resulta extraño hacernos la siguiente pregunta: ¿La resurrección del Señor Jesús fue un día domingo o un día sábado?

Por tradición, los que congregamos en una iglesia católica o evangélica siempre hemos celebrado el día domingo como el día de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, pero también resulta extraño que habiendo muerto un viernes por la tarde, como se nos ha enseñado, haya resucitado después de dos días, cuando en las escrituras el mismo Señor Jesús dijo que al tercer día resucitaría.

Para tener la versión completa de sus palabras cito el libro de Mateo 17: 22-23, que dice lo siguiente: “Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera”.

Otra cita bíblica de Lucas 9:22, también dice: “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día”.

En el evangelio de Juan 1:19-21 se señala lo siguiente: “Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo”.

Finalmente, en el evangelio de Mateo 12:39-40, Jesús responde a los escribas y fariseos que solicitaban ver una señal de parte de él: “El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”.

¿Qué es un día? Para nosotros, en la actualidad medimos el día de 24 horas, la misma que se inicia a la media noche, es decir 00 horas y finaliza luego de 24 horas, o sea 00 horas del día siguiente.

En la Biblia se cuenta de manera diferente, es decir, un día bíblico se inicia con la puesta de sol, desde el atardecer hasta la puesta de sol del día siguiente. En lo natural, uno puede comprobar con sus ojos que ha terminado el día cuando llega la noche y empieza otro ciclo de 24 horas, un día.

Cuando el Señor Jesús dijo que, así como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Esto hace indicar que la suma de tres días y tres noches serían un total de 72 horas, el tiempo que permaneció el Señor Jesús en la tumba. No podemos insinuar que se refería a otro tiempo que no fuera un día de 24 horas. La Biblia es precisa en esto y no puede haber confusión para entender lo que quiso decir el Señor Jesús. Sin embargo, la tradición nos ha señalado que resucitó el domingo. De ser así, contando desde las 6 de la tarde del día viernes que supuestamente fue sepultado en la tumba hasta la primera hora de la mañana del domingo 6 a.m. se observa que no se completa ni dos días, tan solo 36 horas. Esto hace pensar que hay un error en las religiones al haber establecido el viernes como día de su muerte, para que todos los creyentes asumamos como algo definitivo.

Por lo tanto, si el Señor Jesús no murió un día viernes, sino que estuvo 72 horas en la tumba, surge la pregunta de rigor ¿cuándo murió entonces?

En el evangelio de Juan 19:31 se nos da referencias de esto: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”.


En el calendario judío se celebra la pascua el día 14 del primer mes de Nisán, esto es entre marzo y abril de nuestro calendario actual. El cordero pascual, quien era Jesús, tenía que ser inmolado al inicio de la pascua, por eso el día 14 (miércoles) que se inicia con la puesta de sol del día anterior tuvo la última cena con sus apóstoles y luego fue arrestado en el huerto de Getsemaní; en las primeras horas de la mañana del día 14 fue llevado ante Pilatos y Herodes. Luego azotado, crucificado y a la novena hora Jesús expiró como indica en Mateo 27:46.

La hora primera del “día” para los judíos corresponde a las 6 de la mañana en nuestro reloj, de manera que la hora novena del día corresponde a las 3 p.m. Jesús entonces murió en la cruz a las 3 de la tarde y tuvieron prisa en sepultarlo porque esa misma noche era el shabát especial (día de reposo de gran solemnidad) que corresponde al primer día de la semana de los Panes sin Levadura (Levítico 23:5-8), que se inicia el día 15 (jueves) desde la puesta de sol y contando hasta la puesta del sol que culmina el día 17 (sábado: día de reposo semanal) han trascurrido exactamente 3 días, esto es 72 horas, ni más ni menos. Dios es preciso, como todas las cosas creadas.

Se concluye, finalmente, que el Señor Jesús tuvo que haber resucitado al término del día de reposo semanal, esto es la tarde del día SÁBADO. Por tanto, no pudo haber sido el día domingo porque sería al cuarto día de su muerte, a fin de que se cumpla la señal dada a los escribas y fariseos: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”.



Referencias:

Guía Bíblica Portavoz, por Tim Dowley,  EE.UU.A.

https://es.wikipedia.org/wiki/Sabbat

http://www.ingdiaz.org/en-que-dia-murio-y-que-dia-resucito-nuestro-senor-jesus/



sábado, 11 de febrero de 2017

Ser Feliz

Se cuenta una fábula acerca de un joven huérfano que no tenía familia ni nadie que lo amase. Sintiéndose triste y solitario, caminaba un día por un prado cuando vio una pequeña mariposa atrapada en un arbusto espinoso. Cuanto más pugnaba la mariposa por liberarse, más profundamente se le clavaban las espinas en su frágil cuerpo.

El muchacho liberó con cuidado a la mariposa, pero ella, en lugar de irse volando, se transformó ante sus ojos en un ángel. El muchacho se frotó los ojos sin poder creerlo mientras el ángel decía:

– Por tu maravillosa bondad, haré lo que me pidas.

El muchachito pensó por un momento y luego dijo:

– Quiero ser feliz.

– Muy bien –le respondió el ángel y luego se inclinó hacia él, le susurró al oído y
desapareció.

Al crecer el pequeño, no hubo nadie en el país más feliz que él. Cuando la gente le pedía que les dijese el secreto de su felicidad, solamente sonreía y decía: “Escuché a un ángel cuando era niño”.

En su lecho de muerte, sus vecinos se reunieron a su alrededor y le pidieron que divulgase el secreto de su felicidad antes de morir. Finalmente, el anciano les dijo: “El ángel me dijo que cualquiera, sin importar lo seguro que pareciese, fuese joven o viejo, rico o pobre, me necesitaría”.

Con frecuencia amamos las cosas y usamos a las personas, cuando en realidad deberíamos usar las cosas y amar a las personas.


Romanos 12:10
Sean afectuosos unos con otros con amor fraternal; respetándose y honrándose mutuamente.


miércoles, 29 de junio de 2016

Amor + Oración = ¡Victoria!

Mi experiencia es que rara vez he sido capaz de ‘arreglar’ el comportamiento de las personas difíciles en mi vida. Responder de manera emotiva con personas difíciles nunca produce un cambio permanente. Creo que tal vez Dios lo ha puesto a usted en la vida de esas personas difíciles no para moderar su comportamiento irregular, sino para orar por ellos. Es una simple ecuación que Dios nos da para lidiar con aquellos ejemplares irritables y problemáticos de la humanidad: 
Amor + Oración = Victoria.

La estrategia de Dios rara vez incluye emociones pero siempre tiene dosis generosas de amor y oración unidas para un final victorioso. Dios no lo creó a usted para ser un derviche girador que usa palabras para incitar, herir o controlar a las personas. Dios lo creó para ser un hombre o una mujer más comprometido con el Reino que con usted mismo. Las personas difíciles pueden huir de sus palabras, pero nunca podrán escapar de sus oraciones. No podemos ni debemos desconectar lo que creemos y la manera en que tratamos a los demás, no importa lo difíciles que sean.
Existe un antídoto para la amargura y la ira, se llama amabilidad. Hay una manera de vencer el enojo y la gritería, se la conoce como ser tierno de corazón. Hay también una manera de conquistar la calumnia, se la conoce como perdón.
Se necesita ser un cristiano maduro y piadoso para bendecir a los que nos persiguen en la vida. Bendecimos con nuestra lengua, con la actitud de nuestro corazón, con nuestras emociones y acciones. Algunos de ustedes podrían pensar: “Sí, Carol, ¡pero tú no conoces a mi tía Matilda! ¡Es antipática de todas las maneras imaginables!”. Tal vez no les gustará mi respuesta a la situación con la tía Matilda, pero aquí está. Alguien ama a la tía Matilda y su nombre es Dios, ¡así que comienza a actuar como tu Papá!
Todos somos difíciles de amar en alguna manera, ¿no es así? Todos podemos ser rápidos para ofendernos, bruscos para hablar y contenciosos de vez en cuando, pero creo que la razón por la que somos difíciles de amar es porque en lo más profundo de nuestro ser estamos clamando por ser amados. Habrá muchas ocasiones en su vida en que su decisión de amar a los puercoespines los desarmará completamente.
Si se rehúsa a perdonar y a bendecir a las personas difíciles en su vida, está en peligro de convertirse en una persona difícil. La ecuación no falla y garantiza su inminente victoria:
Amor + Oración = ¡Victoria!

Tomado de: http://blog.ministerioagentesdecambio.com/

miércoles, 13 de enero de 2016

Las ratas no resisten las grandes alturas

Después de la 2da. Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.

Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de detrás de su asiento y se dio cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.

Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Entonces voló cada vez más alto y poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.

MORALEJA:
Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia,
VUELA MÁS ALTO!!
Si te criticaran,
VUELA MÁS ALTO!!!
Si te hicieran alguna injusticia, o defraudaran tu fe...
VUELA MÁS, MÁS... ALTO!!!!!!!

ACUÉRDATE SIEMPRE: LAS RATAS NO RESISTEN LAS GRANDES ALTURAS...

Deseo que hoy y siempre tengas el coraje de levantar vuelo y volar siempre alto, muy alto, con la cabeza en las nubes y los pies bien fijos en el suelo...

Deseo también que cuando estés volando sepas mirar para abajo y ver que existen criaturas mucho más pequeñas que tú y cuán grande e importante eres delante de ellas, y que en esa misma proporción, también mires para arriba y veas cómo es de grandioso el cielo que te cubre y percibas el tamaño de tu pequeñez frente al universo.

Que Dios te bendiga.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Disfruta tu café

Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntaron para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable ‘stress’ que les producía el trabajo y la vida en general.

El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más selecta: de porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas…

Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:

Sé habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo.

Esa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al “stress.”
Continuó: “Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos”.

Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás.

Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos. A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.

¡Disfruten su café! La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:
* Vivan de manera sencilla.
* Tengan paz.
* Amen y actúen generosamente.
* Sean solidarios y solícitos.
* Hablen con amabilidad.

El resto déjenselo a Dios. y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos …..

DISFRUTA TU CAFÉ………..




“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” 
Filipenses 4:6

domingo, 15 de noviembre de 2015

Cuando parece que la vida es demasiado dura

Una joven se quejaba acerca de su vida, y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su  abuela la llevó a la cocina. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La joven esperó pacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su abuela.
A los veinte minutos la abuela apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó sobre un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Colocó el café y lo sirvió en una taza.
Mirando a su nieta le dijo: ¿”Querida qué ves”?
-“Zanahoria, huevos y café” fue la respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara el huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que tomara un poco del café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la joven preguntó: “¿Qué significa esto, abuelita?”
Ella le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad:
el agua hirviendo, pero que habían reaccionado de manera diferente:
  •      La zanahoria llegó al agua fuerte y dura.  Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
  •      El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo su interior se había endurecido.
  •      Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
¿Cuál eres tú?, le preguntó a su nieta.
“Cuando la adversidad llega a tu puerta, ¿Cómo respondes? ¿Cómo eres tú?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil, y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargado y áspero,con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor.
Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
De corazón, te deseo que intentes ser como el grano de café, cuando las cosas no vayan bien y puedas lograr que tu alrededor mejore.
Recuerda todo lo que te sucede en la vida es por alguna razón, sólo necesitas descubrir su motivo y aprender de ello.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien.

Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

martes, 20 de octubre de 2015

El poder de la lengua

“Del producto de tus labios te saciarás. Muerte y vida están en el poder de la lengua.” (Proverbios 18:20-21)

De nuestra boca deben salir solo palabras
de vida y no de muerte,
de salud y no de enfermedad,
de riqueza y no de pobreza
de bendición y no de maldición.

Ya lo dice el proverbista, hay poder en la lengua, y fruto de ella recibiremos lo que hemos declarado.

Quitemos de nuestro vocabulario las siguientes frases:
  • “Éste es la muerte”, porque a ella estás llamando para alguien (tus hijos, tu esposa, tus amigos)
  • “Estoy de mala racha”, es declarar fracaso en las finanzas.
  • “Acuérdate de los pobres”,  es estar en la escasez permanente.
  • “Este país nunca cambia siempre lo mismo”, y luego reclamamos por qué no avanza el país.
  • “Siempre perdemos, nunca llegaremos al mundial”, esto es maldecir siempre al equipo nacional.

Cambiemos el chip de nuestro vocabulario por las siguientes frases:
  • “Éste es tremendo”, porque cosas grandiosas, admirables, colosales, enormes hará el Señor en tus hijos, tu esposa y tu familia.
  • “Soy afortunado”, es mejor llamar a la prosperidad y alejar la mala suerte.
  • “Porque soy millonario en bendiciones”, jamás te sentirás menos si declaras abundancia y no pobreza.
  • “Pero este país saldrá adelante, ya lo veo”, es como anunciar el cambio evidente que deseas.
  • “Muy pronto estaremos en el mundial”, es declarar el anhelo que todos queremos ver y así será.

Esto, mis queridos amigos: “Es llamar a las cosas que no son como si fuesen” (Romanos 4:17)